Eres tan creativo.
No lo niegues. Te consideres o no un tipo creativo, la verdad es que estás constantemente creando ideas.
La atención plena o mindfulness te invita a ser consciente de este río que fluye constantemente y te ofrece la oportunidad de elegir sentarte junto a él en lugar de nadar en él. Al observar las ideas desde esa tranquila orilla del río, puede ver más claramente las que flotan hacia la cima y brillan bajo el sol.
Pero la atención plena es más que solo observar la mente.
Cuando estamos involucrados en el proceso de creación, ya sean palabras, números, música, arte o movimiento, sin dejarnos llevar por el concepto de hacia dónde podría conducir, esa es una forma muy pura de atención plena.
Si crear es atención plena en acción, el pequeño empujón que hace que las cosas se muevan es la emoción del descubrimiento. Como humanos, nos fascina la novedad y nos atrae la alegría de ver algo bajo una nueva luz.
La atención plena nos permite acercarnos al mundo con asombro infantil, jugar con nuevos conceptos y ver las cosas desde una perspectiva diferente. No siempre puede participar en nuevas actividades, pero a través de la atención plena, puede mirar al mismo de siempre con ojos nuevos.
El Asombrarnos es lo que nos estimula a ser creativos.
Sin él, es probable que suframos la enfermedad más común de nuestra cultura: la inconsciencia. La inconsciencia hace que nos movamos por la vida sin conectarnos realmente con nada de ella. Está viviendo en piloto automático. Es vivir sin maravillas ni diversión.
Este es un recordatorio útil: la diversión es buena.
No tenemos que hacer la atención plena DIFÍCIL. No tiene nada de difícil. Éramos increíblemente conscientes y creativos cuando éramos niños, ¿y adivinen qué? ¡También nos divertimos mucho más!
Las cosas que te cautivaron cuando eras niño fueron objetos e ideas que dispararon tu sentido de asombro. Notó algo nuevo y saltó directamente al sorprenderme. Y hubo muchas cosas que provocaron esa respuesta todos los días.
Un error que nunca habías visto.
Un truco de cartas. Algo bajo un microscopio. Un nuevo instrumento musical. Un movimiento de baile. Una canción. Un animal. Un poema. Un hecho histórico. Un nuevo sabor a caramelo.
La atención plena es un catalizador del asombro.
Notas algo. Se enciende una idea. Se hace una distinción. Una perspectiva cambia. Hay una plenitud en ese momento, madura con posibilidades pero sin expectativas.
El maravillarnos es lo que nos permite trascender lo que "sabemos" y flotar en ese río de ideas sin hundirnos bajo el peso de la evaluación. En nuestros momentos más conscientes, es una maravilla lo que nos salva de pensar demasiado y mantiene las cosas ligeras.
No es necesario esforzarse para que la atención plena forme parte de tu vida.
Ya está allí y puedes vislumbrarlo en todos tus recuerdos favoritos. Estar ahí en el momento, lleno de asombro y jugar con el descubrimiento: ¡eres una persona creativa!
Presta atención a sus momentos de diversión y verás que hay una gran dosis de atención plena allí. Estás sonriendo. Estás completamente presente. Estás creando ideas y respuestas. Te sientes vivo.
Ser consciente es simplemente volver a conectarse para preguntarse sobre el mundo y su lugar en él. Busque asombrarte y te encontrarás inmerso en la atención plena.
¿No es maravilloso?
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